Grandes mentiras sobre la homosexualidad

Después de haber publicado en este medio digital, el artículo “Reflexiones sobre las Uniones Gay”; he recibido algunos comentarios, en cuales, he notado mucho sentimentalismo, y desconocimiento sobre verdades fundamentales de nuestra fe, y dado por hecho ideas y creencias falsas, como el que, Dios creo también a los homosexuales, y también, como el que estoy lleno de odio y discriminación hacia ellos, otro comentario habla que son más culpables los padres heterosexuales que los que viven en unión homosexual de la violencia imperante en estos tiempos.

Por lo mismo quiero dejar en claro:

1) Que Dios no se equivoca y no hay contradicción en Él, por lo mismo Dios no creó y no quiere el mal, sólo lo permite, aún, sabedor de nuestra naturaleza caída respeta nuestro libre albedrío de hacer el bien o el mal.

2) Como Pastor de almas, no me mueve el odio y mucho menos discriminar a mi prójimo aún si éste tiene tendencia homosexual siempre y cuando se quiera enderezar, recordemos que Dios no quiere la muerte del pecador sino que se arrepienta y viva.

3) La falta de valores imperante en estos días es precisamente por el ataque que se le ha venido haciendo a la familia Cristiana de parte de los enemigos de Dios, desde su triunfo en la Revolución francesa; primeramente con la institución del matrimonio civil y después con el divorcio en los países liberales, aunque con poco daño, debido a que la natural guardiana de la moralidad cristiana la Iglesia Católica siempre se mantuvo firme en su defensa.

Pero apartir del Concilio Vaticano II en donde estos enemigos modernizaron y pusieron a la moda a la Iglesia, es ahí donde verdaderamente comenzó un concierto de ataques contra de ella; con la Revolución sexual con el rock, liberación femenina, hedonismo y drogadicción con el hipismo, todo esto muy bien orquestado por los medios de comunicación.

Muchos de los padres y abuelos de hoy son esos rockeros y hipis ávidos de todas las libertades que sus padres no les dieron, en cambio ellos han sido muy permisivos y condescendientes con sus hijos, dando como resultado una generación cruel y despótica, hedonista, orgullosa y egoísta, por lo tanto carente de valores.

malhumor-ok--644x362Otra manera de atacar y debilitar a la base de la sociedad que es la Familia es abriendo brechas entre padres e hijos. Que éstos vean como “anticuados” o pasados de moda a sus progenitores. Para el efecto se producen series de T.V., películas, programas de Radio, obras de teatro y artículos en la prensa.

Otra forma es la de quebrantar la Economía para que resulte indispensable que trabajen aparte del padre, la madre, así abandonando los hijos en las guarderias o en las calles, o bien forzándolos a interrumpir sus estudios. La carestía de víveres, renta, ropa, etc., crea tensiones entre las parejas y esto propicia el divorcio o la separación.

Los sentimientos de paternidad y maternidad son vínculos de solidaridad matrimonial, pero ya se les está debilitando con la licitud y propaganda a favor del aborto. La mercadotecnia en uso es tan eficaz que un número creciente de conciencias ya no perciben como crueldad que a un niño por nacer se haga pedazos con una legra, ni que se queme con ácido, ni tampoco que se le succione como si de basura se tratara.

Lo siguiente lo escribió no hace mucho P. Roberto Atocha.

Grandes mentiras sobre la homosexualidad

La semana pasada platicando con un amigo me comentaba que un hombre cuando tiene preferencias sexuales distintas a las de su mismo sexo, estas no son pecado siempre y cuando no las consintiera y rechazara formalmente.

Precisamente esta es una gran mentira porque una persona no puede tener este tipo de preferencias por naturaleza, porque caeríamos en una contradicción, sería aceptar que una mujer esta dentro del cuerpo de un hombre o viceversa.

Yo le argumentaba que esto no era natural y que precisamente es un desorden moral de la persona y más que una simple tentación.

A todo esto me di a la tarea de investigar y encontré un documento de la Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad Narth, por sus siglas en Ingles, sobre las mentiras que se hablan al respecto de la homosexualidad para justificar dicho desorden moral.

La primera mentira consiste en que la homosexualidad es normal y determinada biológicamente.

LA VERDAD ES …

No hay una sola investigación científica que indique una causa biológica o genética para la homosexualidad.

Los factores biológicos solo pueden jugar un factor de predisposición hacia la homosexualidad, pero en realidad solo se puede definir por varias condiciones psicológicas exclusivamente.

Investigaciones serias, sugieren que los factores sociales y psicológicos son las influencias mas veraces y que causan una disfunción en la heterosexualidad natural del ser humano. Ejemplos incluyen problemas en las relaciones tempranas con la familia, abuso sexual, y un sentimiento de inadecuación con otros seres humanos del mismo sexo, dando como resultado una disfunción en la identidad de género. La sociedad también puede influenciar severamente cuando cuestiona y etiqueta sexualmente a un joven y lo anima a tener un estilo de vida homosexual.

La segunda mentira es que los homosexuales no pueden cambiar, y si lo intentan, sufrirán un gran desorden emocional que puede llevarlos al suicidio, Así pues la terapia de reorientación sexual debe ser detenida.

LA VERDAD ES…

Psicoterapeutas y especialistas cristianos alrededor del mundo que han implementado una terapia para la reorientación sexual con personas que experimentan homosexualidad, estos reportan significativos casos en los que sus pacientes han experimentado cambios radicales e importantes en su orientación sexual.

El cambio viene a través de una terapia integral que incluya psicología, espiritualidad y soporte de grupos de ayuda. Sin importar si el cambio conduce al matrimonio o a vivir una vida célibe, los reportes dicen que sus sentimientos homosexuales disminuyen significativamente hasta llegar a desaparecer y restituir la heterosexualidad en la mayoría de los casos.

Las claves para un Cambio Verdadero son Deseo, Persistencia y Buena Voluntad para investigar los conflictos consientes y subconscientes de porqué la condición homosexual se generó.

El cambio es paulatino y por lo general a través de algunos años. Las personas aprenden como reconocer sus necesidades insatisfechas hacia las personas de su mismo sexo y reafirmarse sin erotizar las relaciones.Al crecer en su potencial heterosexual, hombres y mujeres comienzan a experimentar un profundo y completo sentido de si mismo como varones o mujeres.

Si algunas personas que llevan un estilo de vida homosexual de forma activa, no desean cambiar, y esa es su decisión, es profundamente triste que activistas homosexuales luchen contra el Derecho a Terapia y Ayuda que tienen miles de personas que desean ser libres de sus atracciones homosexuales.

Tercera mentira es que debemos enseñar a los niños que la homosexualidad es normal y saludable como la heterosexualidad. Los adolescentes deben ser animados para aceptar y celebrar las atracciones de personas del mismo sexo.

LA VERDAD…

Estudios científicos apoyan que la norma cultural de que la homosexualidad es saludable, natural y alternativa a la heterosexualidad es equivocada. Las investigaciones muestran que los adolescentes que comienzan a sentir atracciones homosexuales son especialmente vulnerables a sustanciales abusos de forma temprana y de sufrir de comportamiento sexual de alto riesgo, cuando en una temprana manifestación es posible obtener ayuda de manera más satisfactoria.

Es más dañino decirle a un adolescente que sus atracciones hacia miembros de su mismo sexo son normales y deseables. Adolescentes en esta posición necesitan entendimiento, consuelo y ayuda, y no un empuje hacia un estilo de vida que es potencialmente destructor para él.

En 1992 un serio estudio de Pediatría encontró que 25.9 % de adolescentes de 12 años estaban inciertos a sus preferencias sexuales. En estos adolescentes es crítico el cuestionamiento de quienes son ellos en verdad, por lo que presentar información tendenciosa puede llevarlos a pensamientos erróneos de lo que en verdad son. La información debe presentárseles de manera que los ayude a superar su problema y descubrir la causa de ello para que puedan superarse y vivir conforme lo que son. (hasta aquí el articulo del P. Atocha).

gemelos-bolsaPor último para demostrar que la naturaleza no se equivoca, y que cuando se le fuerza, ella vuelve por sus fueros. En 1967, un par de gemelos univitelinos, varones ambos, fueron llevados al Hospital de Winnipeg, Canadá, cuando tenían ocho meses de edad. El propósito de esa visita –corregir una fimosis en los niños- terminó en un drama altamente ejemplificador.

Uno de los gemelos, como consecuencia de una falla técnica en el electro bisturí, acabó con su órgano sexual destruido.

Ante la comprensible desesperación, los padres acudieron al Dr. John Money, entonces un afamado psicólogo neozelandés del Hospital John Hopkins de Baltimore. Money era el director de una clínica especializada en trastornos sexuales y, lo que es más importante, era uno de los principales mentores y promotores de la teoría del género. Su teoría –la misma que prevalece hoy- es que la sexualidad no depende del orden natural sino que se construye y se elige.

Tenía Money la triste pero fabulosa ocasión de probar su postura, pues nunca antes había caído en sus manos un caso así. Alguien nacido varón con un testigo casi clonado, su hermano gemelo, de que genéticamente pertenecía al sexo masculino. El mundo científico quedó expectante del caso. Lo mismo se diga del “lobby gay”, siempre presuroso por contar con la ciencia para justificar sus perversiones.

El niño fue castrado, se le practicaron las primeras intervenciones para dotarlo de un órgano sexual femenino y comenzó a ser criado como mujer. Sin embargo, su rechazo por la figura de Money, que supervisaba la horrible mutación, fue siempre total y en aumento. Igualmente sucedió con la familia del niño, cuyos padecimientos psicológicos, morales y espirituales causaron gravísimas perturbaciones.

En mayo de 1978, entrando el niño en la pubertad, Money intentó una nueva intervencion quirúrgica, para la que había estado preparando artificialmente el cuerpo del paciente mediante la ingesta de determinadas drogas. A la par que, en cada foro científico del que participaba, exhibía su caso como trofeo del éxito de su perspectiva del género.

El niño se resistió por la fuerza a ser operado. Todo en su ser, en su naturaleza, sentía un inmenso rechazo por lo que le estaban haciendo. Apareció entonces, providencialmente, la Dra. Mckenty, quien no sólo se puso del lado del niño, sino que le planteó a sus padres la urgente necesidad de que le contaran su verdadera historia, hasta entonces desconocida por la víctima.

Conocida la verdad, no sin sobresaltos, como se comprende, el niño decidió reasumir la identidad masculina que le había sido criminalmente negada. Se bautizó y eligió el significativo nombre de David, en alusión a su lucha desigual y solitaria contra el enorme mal que lo acosaba.

Un equipo de la BBC de Londres siguió el caso de cerca con serios enjuiciamientos de la inconducta del Dr. Money, cuya mendacidad e inescrupulosidad fueron quedando en evidencia. Mucho tuvo que ver en este desenmascaramiento del degenerado sexólogo, la presencia del Dr. Milton Diamond, quien comprendió –por sentido común y por su propia ciencia médica- que se estaba ante una aberración.

David encaró del mejor modo posible la ardua pero gozosa tarea de reconstituir la natura que le habían negado. Profundamente religioso, le pidió a Dios la gracia de poder ser un buen padre y un buen esposo.Ayudado en el legítimo empeño por su familia, y de un modo muy especial por su hermano gemelo, el 22 de septiembre de 1990, a los 23 años, contrajo matrimonio con Jane, una joven de 25 años, en una iglesia de Winnipeg.

Dio un paso más. Decidido a refutar testimonialmente la criminal perspectiva del género, y siempre con el respaldo de su familia, se puso en contacto con el escritor John Colapinto, a efectos de que su historia fuera conocida por todos. El resultado fue el libro As nature made him. The boy who was raised as a girl, New York, Harper Colins, 2001, de 289 páginas.

Espero en el Señor, que por este escrito hallan recibido más luz y fortaleza, para seguir manteniéndonos firmes en nuestra fe católica.

Mons. Martin Davila Gandara