Reflexiones sobre una relación exitosa en el matrimonio

El amor que deben tener los esposos en el matrimonio debe ser un amor de virtud y no de sentimiento. Para que este amor exista es necesario que este apoyado en el respeto mutuo y en el sacrificio.

Una cosa muy importante que tenemos que considerar para que el amor de virtud dure toda la vida es necesario cuidar este amor. Pero, ¿Qué significa eso? Cuidar el amor es respetar al esposo (a) como así mismo. Los pilares que mantienen unida a una pareja provienen del respeto mutuo, proyecto compartido y comunicación eficaz, entre otros.

Antes de pasar a la explicación de estos pilares es importante que cada uno de los esposos por necesidad más que por obligación se cuestionen sus códigos o creencias que ya se traen desde los cinco años; esa creencias son la forma en cómo interpretamos la realidad, ya sea “positiva” o “negativa”, esta la aprendimos de nuestros padres y familiares y maestros, y casi siempre se repiten esos patrones de conducta sin cuestionarse y profundizar en ellos; Si esas creencias son positivas y no dañan la relación adelante, pero si esas creencias son negativas hay que cuestionarlas para que con la ayuda de Dios se puedan eliminar para no dañar la relación de pareja: por ejemplo que códigos tendrá un esposo que fue educado por un padre alcohólico y machista o aquella mujer que fue educada por una madre donde ella llevaba los pantalones y el esposo era un cero a la izquierda.

Las parejas que cuidan el amor en la relación se comprometen que ésta sea igualitaria: no hay lucha de poder, no hay reproches, no hay competitividad. De lo contrario estaríamos hablando de un grupo de dos personas cuyo objetivo es “alquilar” al otro para satisfacer las expectativas que cada quien tiene de la imagen idealizada respecto de cómo debería de ser una pareja. Consecuentemente, aceptar (conciente o inconcientemente) ser “alquilado” es renunciar a “se uno mismo” para satisfacer las demandas del otro; camino asegurado a ala frustración.

PILARES DE UNA RELACIÓN EXITOSA

Pilar 1: Respeto mutuo.

Respeto mutuo es reconocer que el otro existe tal como es, es tomar conciencia de que ese ser que esta a mi lado tiene una historia que, a pesar de las semejanzas que existen entre los seres humanos, es única por sus experiencias de vida, sus creencias, sus valores, su crianza, su educación, sus deseos y frustraciones. Mirando a ese otro profundamente a los ojos, debo tener algo más que la sensación de su presencia por que estoy experimentando un encuentro con alguien que procesa la información de una manera diferente a mí, porque diferentes han sido sus experiencias de vida; que tienen los mismos derechos que yo a vivir plenamente.

Cuando se le exige a la otra persona ciertas conductas que no forman parte de su educación, esa persona deja de ser ella misma para transformarse en otra. Lo que se le pide es: No seas tú misma (o), sé como yo quiero que seas según lo determina mi sistema de códigos interno. Y esto es justamente lo que significa la falta de respeto: Querer que los demás sean como nosotros queremos que sean.

Para empezar a construir el pilar del respeto, le conviene practicar los comportamientos que le demuestren al otro que existe para mí tal como es, por el tiempo de convivencia que han tenido como pareja. Usted sabe cuáles podrían ser esos comportamientos.

Así por ejemplo: Una muestra de respeto a su esposo podría ser no contradecirlo frente a sus hijos, y más adelante, cuando ya estén solos, expresar su punto vista o darle sus pantuflas cuando llega de trabajar. Para su esposa podría ser que la escuche con atención y respeto cuando ella está perturbada, o apoyarla en los quehaceres de la casa, etc. Los ejemplos son ilimitados y dependen de cada pareja, lo que importa es cada cual pueda ponerse en el lugar del otro.

Los derechos no son algo que se pueda negociar. Simplemente existen. La tarea en una relación es reconocer y proteger los derechos de ambos.

Para ello es importante analizar estos puntos: *Nunca podemos conocer con precisión el estado de ánimo, las actitudes, los pensamientos y sentimientos de los otros. *No debemos confiar en “señales” confusas para que nos informen acerca del deseo de los demás. *Si usamos nuestro sistema de códigos defectuoso para descifrar señales confusas, estaremos en un nivel muy alto de lastimarnos y lastimar a la pareja. *Si confiamos en nuestro estado de ánimo para interpretar la conducta de los demás, podemos equivocarnos. *El grado en que creamos en nuestros propios símbolos mentales para adivinar los motivos y actitudes de los demás, confirmará nuestras defectuosas creencias.

Amar en pareja, es crear las condiciones que faciliten a cada uno el acceso a la felicidad. Éste es el primer proyecto de pareja.

Sólo es posible resolver conflictos en la pareja cuando cada uno reconoce que algunas de sus conductas no son adecuadas para la relación y decide cambiarlas no por deseo del otro, sino con el convencimiento total de que también es su propio deseo.

Pilar 2: Proyecto compartido. la Negociación.

Habiendo logrado ya el primer proyecto compartido, que es el respeto en la pareja, ya se esta en condiciones de planear otros.

Regla de oro: los hijos son de derecho natural divino, y como derecho esto, no se negocia.

Pero existen otros proyectos que son importantes como el de comprar una casa, viajar, mudarse, etc. Para que sea un proyecto de la “pareja” y no de cada “individuo”, deben ser deseados por ambos. Claro que esto no siempre ocurre, pero la mejor alternativa en la pareja es la negociación. Debemos recordar que el primer pilar es el respeto, el cual se basa en la igualdad de derechos. La negociación es uno de los elementos positivos de las parejas exitosas, no debe confundirse con la imposición.

Imponer es: Obligar al otro mediante el poder de: ser el proveedor económico o porque sabe más cosas o quien posee mayor sentido común o fuerza física o capacidad de razonamiento; porque en función de este poder, el otro puede aceptar de buena o mala gana porque no le queda de otra.

Negociar es: Un proceso en el cual ambas partes exponen sus diferentes puntos de vista respecto a la situación propuesta, con el propósito de llegar acuerdos y comprometerse a cumplirlos a pesar de cada uno, en cierta medida, debe renunciar a la totalidad de sus propios beneficios.

Si algún miembro de la pareja viola el respeto, sólo deseará ganar y defender su sistema de creencias más que sus ideas; y si alguno llegara a ceder, pasará la factura, tarde o temprano, mediante venganzas, gritos, amenazas, manipulación, chantaje. Etcétera.

Las siguientes preguntas pueden servir para la negociación. ¿Cuáles son los proyectos compartidos que tenemos ahora? ¿Cómo es que decidimos ese, o esos proyectos? ¿Estaba convencido o se sintió presionado (a)? ¿Le formula reproches a su pareja por ese proyecto ¿Cree que con ese proyecto la pareja se enriquece o más bien se trata de un capricho?

De acuerdo a estas reflexiones, conviene que hable con su pareja y le exponga todo lo que siente y piensa al respecto. Para esto necesita una comunicación eficaz.

Pilar 3: Comunicación eficaz

Uno de los misterios en la sociedad es por qué el amor, que puede elevarse a alturas insospechadas, puede también arrastrarse dejando atrás una sombra de decepción, frustración y resentimiento. Una pareja que se prometió amor, una convivencia plena de entusiasmo, que compartió antes todas sus alegrías y estaban en todo de acuerdo, se llega a hundir en la indiferencia, el fastidio; ahora sólo comparten descontentos y malestares, además, casi en nada están de acuerdo.

¿Cómo pasa una pareja de la ilusión a la desilusión, del encantamiento al desencanto, de la máxima satisfacción a la insatisfacción total?

Los estudios demuestran que las principales causas que llevan a la separación no son el maltrato físico o las adicciones, sino la falta de comunicación eficaz, la falta de afecto y las constantes reclamaciones.

Es frecuente oír decir a las parejas: “Nos falta comunicación”. Lo que probablemente olviden estas parejas es que siempre nos estamos comunicando aunque la comunicación no sea eficaz.

La comunicación eficaz tiene una condición fundamental: El que recibe el mensaje tiene que responder tal como lo espera el que lo emitió.

Cuando no hay una buena comunicación es por que se interpone entre y uno y otro su sistema interno de creencias del cual se ha venido hablando, más las emociones producto de ese sistema. Cualquier expresión de la persona desde hacer un café hasta elegir a la pareja, está determinado por ese modelo del mundo.

Es de vital importancia que cada miembro de la pareja reconozca esta verdad. En toda discusión no hay dos personas solamente, sino que intervienen padres, madres, tíos, tías, abuelos etc., que representamos sin darnos cuenta y que hemos aprendido de memoria en los primeros cinco años de nuestra vida.

Las siguientes preguntas nos ayudaran para empezar a practicar la comunicación eficaz: ¿Qué quiero trasmitir? ¿Qué quiero lograr? ¿Específicamente a quien va dirigido el mensaje? (Recuerde que no siempre la persona que tenemos frente a nosotros es la que ven nuestros ojos.) ¿Cuándo es el momento más oportuno? ¿Cómo voy a decir mi mensaje?

En lo necesario, unidad; en la duda, libertad; y en todo, comprensión. S. Agustín.

Cuidar el amor es sentir profundo respeto por lo que el otro siente y piensa, y para ello necesito saber escuchar y saber decir.

Decálogo de la Comunicación eficaz:

*Debo escuchar sin interrumpir.

*Debo mirar a los ojos con una expresión de aceptación y respeto.

*Debo evitar meter a terceras personas.

*Debo centrarme en el tema.

*Debo ser directo (no andarme por las ramas, pretendiendo que me adivinen).

*Debo ser oportuno (estaré atento (a) al momento, el lugar y el estado de ánimo de mi pareja).

*Debo tener armonía entre lo que digo y cómo lo digo (tono de voz, gestos, movimientos, posturas y palabras).

*Debo escuchar sin apresurarme, creyendo que “ya sé” de qué se trata y concluir.

*Debo trasmitir que escucho con atención haciendo preguntas que le confirmen a mi pareja que recibí el mensaje tal cómo ella desea enviarlo (recordaré que ese otro que está frente a mí percibe diferente); no daré por hecho ninguna interpretación personal.

Nota: parte de lo escrito es tomado del libro consejos útiles para un matrimonio feliz de Rosa Ezequiel.

Mons. Martin Davila Gandara