El Sagrado Corazon de Jesús y el Santo Bautismo

El Sagrado Corazón de Jesús y el Santo Bautismo

ENSEÑAD A TODOS LOS PUEBLOS, BAUTIZANDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO Y DEL ESPIRITU SANTO. (S. Mt., XXVIII, 19)

Toda la creación comparada con Dios, nada es: existe Dios, y lo demás no hace falta. Nosotros como creaturas en el orden material no somos más que un fragmento imperceptible de lo creado, un átomo, casi nada; en cambio en el orden sobrenatural por medio del Bautismo somos muy grandes.

Porque somos hijos de Dios: la Santísima Trinidad habita en nosotros, y somos templos vivos y morada de Dios; y aunque somos nada, ¡lo poseemos todo! Porque en cierto modo: Dios nos ha divinizado haciéndonos participar por la Gracia santificante de su misma naturaleza!

Por medio del Bautismo Dios ha bajado a nosotros con la plenitud de Su Divinidad: nuestras almas han sido elevadas a hijas de Dios, y esposas y templos de Dios.

Por mismo preguntemonos ¿Estamos Realmente convencidos de la presencia real de Dios en nuestras almas cuando estamos en Gracia de Dios?

Muchos católicos conocen éstas verdades, pero con frecuencia son olvidadas en la práctica de la vida cristiana.

EL BAUTISMO ES UNA CREACIÓN DEL CORAZÓN DE JESÚS

1). LA“VIDA” SOLO PROVIENE DEL CORAZÓN DE JESÚS. Es de fe que todos, a excepción de María Santísima Madre de Dios, llegamos al mundo manchados con el pecado original, y por tanto muertos a la Gracia.

Pero he aquí las palabras de consuelo de S. Juan Evangelista que dice:Dios nos dio la vida eterna, y esta vida está en su Hijo”.Jesucristo, Nuevo Adán según el espíritu, El comunica la vida sobrenatural a nuestras almas, así como el mismo Jesús nos dice en S. Juan XIV, 6:Yo soy la vida”.

El corazón de Jesús es el venero inagotable y la fuente cristalina de la que se deriva la salud para el género humano; lo que se verifica por medio del santo Bautismo.

2). LA SANTIDAD SOLO DIMANA DEL CORAZÓN DE JESÚS.—La Santa Iglesia nos lo dice en las letanías del Sagrado Corazón de Jesús: Corazón de Jesús abismo de todas las virtudes…; Corazón de Jesús en quien habita la plenitud de la divinidad; Corazón de Jesús de cuya plenitud todos hemos recibido.

¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? Es el medio donde el Corazón de Jesús dimana esta santidad; todo ello es gracias en virtud de las aguas bautismales por medio de las cuales somos unidos con el Autor de la vida y hemos sido hechos participantes de Sus virtudes y de la plenitud de Su Divinidad.

3). PORQUE SON LAS AGUAS DEL BAUTISMO LAS QUE:

a) Nos dan la entrada en la Iglesia, condición indispensable para pertenecer a ella;

b) Por estas aguas bautismales se nos borra el pecado original que heredamos de nuestros primeros padres y con él todos los pecados personales si los hay;

c) Se nos infunde la gracia santificante, mediante la cual el alma queda hecha amiga de Dios;

d) Se nos imprime una marca indeleble (imborrable), el carácter de hijos de Dios y hermanos de Jesucristo;

e) Se nos infunden las virtudes cristianas, por lo menos en gérmen, las virtudes teologales, cardinales y morales;

f) Por medio de esta agua bautismal quedamos enriquecidos con los dones del Espíritu Santo y también con los frutos, que son otras tantas operaciones maravillosas de la gracia divina;

g) Quedamos capacitados para recibir los demás Sacramentos con todas las gracias que nos suministran;

h) Quedamos libres de las penas eternas y también de las penas temporales en la otra vida.

¡Qué inmenso tesoro de gracias! ¡Qué de maravillas ha hecho el dulcísimo Corazón de Jesús!

DEBERES QUE SE DERIVAN DEL BAUTISMO.

Por el bautismo hemos sido injertados en Jesucristo: debemos pues corresponder a tan grande beneficio;

1). DEBEMOS ESTAR CONSCIENTES DE NUESTRO BAUTISMO: el cristiano debe de reconocer su dignidad, ya que somos hijos de Dios, y hemos de vivir como tales; y también porque somos templos del Espíritu Santo y por lo mismo debemos de cuidar de este santuario.

Ya que cuando recibimos el santo Bautismo, el Sacerdote nos ha dicho: Sal fuera de este siervo de Dios, oh espíritu inmundo…. y cede el lugar al Espíritu Santo…”.

Procuremos no arrojar de nuestra alma al Espíritu Santo con el pecado mortal, porque si esto sucede Satanás toma su lugar.

Por eso en el Bautismo se nos dijo: Recibe la blanca vestidura que debes llevar sin mancha ante el tribunal de Dios para que tengas la vida eterna”.

¿Acaso hemos conservado esta vestidura siempre blanca e inmaculada sin mancharla con el pecado? ¿O hemos renunciado al demonio, a sus obras y vanidades?

2). DEBEMOS DE CUIDAR Y CUSTODIAR NUESTRO BAUTISMO: Por lo mismo no debemos de exponernos nunca en peligro de perder la estola de la inocencia con miradas, malas lecturas y escenas en internet y TV, o con conversaciones peligrosas, o con acciones indignas de un cristiano cuya alma ha tenido la dicha de haber recibido el santo Bautismo. Por eso un cristiano debe ser otro Cristo, y como Cristo viviendo en este mundo.

¿Somos nosotros todo eso? ¿Hemos realizado con nuestro comportamiento estas hermosas definiciones? ¿Se puede afirmar de nosotros, en las variadas circunstancias de nuestra vida: “Miren estos si son otros Cristos”? Y así debe de ser: de otro modo no seremos más que una falsificación o una caricatura de lo que debemos ser.

3). DEBEMOS CORRESPONDER A LA GRACIA RECIBIDA, revistiéndonos de Cristo. El nombre de Cristiano no debe ser un nombre vacío y sin significado: esto quiere decir que debemos ser seguidores de Cristo, lo cual no se logra sino revistiéndonos de Su espíritu como lo dice S. Pablo: “Si alguno no tiene el espíritu de Cristo, éste tal no es de Jesucristo” (Rom., VIII, 9).

a).-Correspondemos a esta gracia demostrando tener el espíritu de Cristo si guardamos el Evangelio, Su Ley, Sus preceptos y si se practican Sus virtudes.

b).-Se tiene el espíritu de Cristo si se lleva la librea de Cristo, y se renuncia a las vanidades del mundo a la concupiscencia de la carne por eso nuevamente dice S. Pablo Gal., III, 27: “Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, estáis revestidos de Cristo”.

Debemos pues honrar nuestra librea con una conducta digna de tan grande Señor, como nos lo encarga San Pablo:“Revestíos de Nuestro Señor Jesucristo y no busquéis cómo contentar los antojos de vuestra sensualidad”(Rom., XIII, 14).

4). DEBEMOS APRECIAR NUESTRA DIGNIDAD: ¡Y lamentablemente es tan poco lo que pensamos en ella!

Y llenos de amor y de temor hagamos la siguiente oración ¡Oh Jesús! Has que estas hermosas y consoladoras verdades penetren en nuestro entendimiento y en nuestro corazón.

Queremos, sobretodo, cuidar y custodiar de este pequeño e íntimo santuario, que Tu mismo has establecido en nuestra alma, y porque no repetir llenos de fe: ¡Te amo, Dios mío, porque has querido hacer de nuestro corazón tu Tabernáculo! Por eso ¡Quiero tenerlo siempre limpio, siempre puro, siempre inflamado de tu amor!

COMO DEBE SER LA VIDA PRÁCTICA DEL CRISTIANO.

Primeramente debe consistir en hacer bien hechas las cosas ordinarias.

Para ello vamos a dar:

1). ALGUNAS NORMAS.

a).- Nada es pequeño, cuanto se hace por Dios. En el servicio de Dios no hay cosas pequeñas o cosas grandes: todo es grande como grande es Dios por quien se hacen.

b).- Las acciones ordinarias son las de cada díay forman la parte principal de la vida del Cristianismo: las acciones extraordinarias se presentan raras veces. Si solamente aguardamos las grandes pruebas para demostrar nuestro amor a Dios, tal vez no se presentará nunca la ocasión.

c).- La fidelidad en las acciones ordinarias exige una virtud extraordinaria. Ser héroe una vez, como aisladamente, en virtud de las circunstancias es muy poca cosa: una llamarada de fácil entusiasmo del momento; pero para tener fidelidad en las ocasiones ordinarias que se ofrecen cada día ya cada momento es necesario un constante esfuerzo y mayor empeño: es vivir como héroe.

d).- El ejemplo de los Santos: Nuestra Señora la Virgen María, el Patriarca S. José y un grandísimo número de almas grandes hicieron santa su vida en un ambiente sencillo y ordinario:

Sin hacer cosas extraordinarias se santificaron extraordinariamente. ¿Cómo? ¿No es acaso esta vida sencilla la que Dios ha destinado para nosotros? Ya que la más pequeña acción puede tener un influjo muy grande en nuestra vida espiritual: y ello se puede reflejar en la eternidad.

La perfección no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer extraordinariamente bien las cosas ordinarias, aun las más pequeñas.

2). PRACTICA: VIVIR VIDA DE FE.

a).-Hacer todo por Dios y solamente por Dios. Únicamente lo que hacemos por El se puede decir que tiene valor. ¡Arriba los corazones! ¡Nada para nosotros! Ya seriamos insensatos si trabajáramos solamente para nosotros o por otros.

b).- Purificar la intención antes de las acciones principales: para Dios debe ser el principio y el término de nuestros actos.

c).- No basta hacer el bien, sino hay que hacerlo bien: Dios mira más los adverbios que los verbos de nuestras acciones.

d).- Hacer cada cosa como si no tuviéramos otra que hacer, con paz y tranquilidad, sin angustias: con amor y empeño sin preocuparse de la hora siguiente que no nos pertenece. Hagamos cada cosa como si fuera la última de nuestra vida.

e).- No pensar sino en las obligaciones presentes. Ya que mañana, como hoy, Dios nos ayudará.

Desde hoy en adelante, porque no decirle al Señor, ¡oh Dios mío! Quiero trabajar exclusivamente para Ti y para la eternidad. Para que cuando llegue el día de dar cuentas al Señor en el Juicio, no seamos confundidos, no sólo por lo malo que hayamos hecho, sino también por lo bueno, hecho malamente.

Vivamos todos los días como si fuesen el último de nuestra vida, y digamos con los S. Pablo:“Siento que cada día muero un poco”.

Por último, debemos darle gracias a Dios en todo momento por esta maravilla de su amor, que se manifiesta en nosotros en el sacramento del Santo Bautismo, y procuremos, serle siempre fieles al Corazón divino de Jesús.

Esta reflexión esta tomada del libro “Jesús Creador del Amor” por el R. P. Ernesto Rizzi, S. J.

Mons. Martin Davila Gandara